Skip to content Skip to footer

«Tú me trajiste acá.»- Testimonio de Isabella

Hace 4 meses estoy viviendo en Madrid, viviendo “mi mejor vida”, una vida soñada, literalmente. Una vida que alguien más soñó para mí y alguien soñó por mí. Y no puedo estar hablando de nadie más que de mi querido San José. San Joe, como le digo de cariño y como me he dirigido a él tantas veces en nuestras conversaciones a través de pequeños papelitos donde yo propongo según una intuición que nace en mi corazón, él lo sueña por mí (¿o conmigo?), lo eleva al Padre y, después, actúa con impresionante eficacia, siempre y cuando me convenga. Y la verdad es que ya me tenía malacostumbrada… cumpliéndome y cumpliéndome cosas, y yo, claro, pidiendo y pidiendo…pero es que esta vez realmente se pasó…me dejó boquiabierta. 

¿Qué ocurrió? Después de un viaje a Madrid en septiembre 2024, en el que, de hecho San José también intercedió para que sucediera, me di cuenta de que mi corazón me pedía un giro radical respecto al camino por el que estaba llevando mi vida. Parece extraño decirlo, pues realmente llevaba una vida bastante buena, con un excelente trabajo, familiares y amigos cercanos. Pero, había algo que no me terminaba de encajar. Es por eso que al volver del viaje y recordando una historia de mi gran amigo Jacobo, quise entender realmente dónde estaba mi corazón. En este proceso, me encontré con un deseo profundo de libertad, que me permitiera seguir esos caminos del corazón sin estar atada a ninguna opinión externa ni a intenciones impuras. 

¿Dónde está tu corazón? ¿Dónde está tu corazón? ¿Dónde está tu corazón? Era la pregunta que siempre llevaba a mi oración. Un día, orando en mi cuarto, frente a mi pequeño altar (donde no podía faltar mi San José dormido), tuvimos una conversación muy seria con San José en la que me hizo entender que para pedirle, antes tenía que saber qué quería. Así que me permití soñar para descubrir cuáles eran los anhelos más profundos y verdaderos de mi corazón. Entonces, sin pensarlo mucho arranqué una hoja en blanco de mi Blank Bible (es decir, la hoja sobre la que escribí no era el día en el que esto ocurrió), la titulé “Escenario ideal”, y ahí, comencé a escribir todo lo que iba descubriendo en mi corazón que me hacía ilusión, sin ponerme ninguna limitación: tiempo, esfuerzo, dinero, capacidades… simplemente escuchaba mi corazón y escribía. Y anote todo tipo de cosas: desde viajes, reenfoque de mi carrera profesional, balance en mi día a día para incluir en mi rutina otras actividades, hasta una mínima aspiración salarial… así, teniendo claro lo que quería y confiando en San José como el Santo de las “cosas imposibles”, dejé que él siguiera soñando con mis sueños, mientras yo los soltaba, deseando que intercediera por mí ante el Padre, pero que se hiciera su voluntad y no la mía. 

Con esto en mente y siendo consciente de que ahora volvía a la “realidad” con todas sus restricciones, seguí actuando en mi día a día, con lo que estaba en mis manos, en dirección hacia eso que sabía que quería. Así, poco a poco, y en el presente, todo se fue dando. Después de 3 meses, cuando había dejado mi trabajo, y estaba lista para mis viajes a Patagonia, y luego, a la Boda de unos amigos en México, para después mudarme a España en donde había encontrado un nuevo trabajo y donde viviría de cerca Hakuna, recordé impresionada cómo todo esto lo había soñado como parte de mi “Escenario ideal”, y cómo todo se había cumplido…todo… menos una cosa, (pensaba yo)…un viaje que quería hacer con unas amigas y al que ya sabía que no iría. En ese momento mi pensamiento fue “no importa San José, sabía que estaba pidiendo mucho, y ya me has dado otras cosas”, pero vaya sorpresa me tomé cuando al mirar el papelito me di cuenta de que entre todo lo que había pedido, ese viaje no estaba incluido y que, por el contrario, todo lo que sí estaba escrito, se había cumplido (y se sigue cumpliendo). Todo. Todo. Todo. TODO. 

Mi reacción después de quedar boquiabierta fue reírme, y recordar el humor de San José. Lo imaginaba diciéndome, “no es mi culpa… sabes que si lo hubieras anotado habría intercedido por esa intención… pero no estaba ahí…”, y esta situación me recordó la historia en la que unas hermanitas con la necesidad de pedirle leche a San José, en vez de escribir esto directamente, pintaron un gato amamantando a sus crías. Ante esto, San José se tomo tan literal y con humor el pedido que les envió lo que querían… la leche… pero también les llegó el gato… pues así fue conmigo…me dio todo, pero todo lo que estaba escrito!!!! 

Una locura más. Esa hoja “aleatoria” de la Blank Bible donde había escrito mi ”Escenario ideal”, tenía una frase que encajaba perfectamente con la situación por la que estaba viviendo. Decía: 

Todas esas preguntas que contienen el «por qué» y el «yo» son la expresión de una profunda división interior. Estoy en desacuerdo conmigo mismo: por eso no sé de mí. Los primeros seres humanos no se aceptaron a sí mismos cuando llegó la hora de probarse, sino que quisieron ser lo que eternamente no podían ser. No querian ser la imagen, sino el arquetipo – Romano Guardini

 ¿Y ahora qué? Pues estoy viviendo mi sueño. Todavía estoy recogiendo los frutos de tantos regalos concedidos, y difundiendo la increíble y eficaz intercesión del gran San José, animando a otras personas a conocerlo. Tanto así, que su trabajo se ha quintuplicado con todos los papeles, míos y de amigos, con los que ahora sigue soñando y cuyas promesas espero, siempre que sea la voluntad del Padre.

Isabella

Leave a comment

José de Nazaret

Ayúdanos a seguir extendiendo la devoción a San José
Tu donativo, por pequeño que sea, nos permite mantener viva esta misión: darlo a conocer

Banco Santander: ES29 0049 1508 7827 1010 5387

🇪🇸 Bizum al 636128011

Contacto
info@josedenazaret.com

+34 636 12 80 11

José de Nazaret© 2025. Derechos Reservados.